martes, 5 de enero de 2016

Mi baúl de libros: Reseña de "Pregúntale a Alicia".


Título: Pregúntale a Alicia.
Título original: Go ask Alice.
Autor: Anónimo.
Año de publicación: 1972.
N° de páginas: 466 (leído en PDF).
Sinopsis: Alicia tiene quince años. Pertenece a la clase media. Piensa casarse algún día y formar un hogar.
El 9 de julio, Alicia es iniciada a la droga. Reincide a fondo. La droga le da la sensación de que el mundo es mejor. Le abre el mundo del sexo. La hace sentirse libro. A veces Alicia se inquieta, cree que no debería drogarse, pero imagina que la vida es más soportable con droga que sin ella.
Los padres de Alicia no saben lo que ocurre. Notan cambios. Creen que frecuenta, quizá, malas compañías. No tiene la menor idea de que se esté drogando. Ignoran totalmente que su hija revende drogas en la escuela local.
Alicia huye de su casa. Errante en una absurda miseria, el camino de la droga la lleva a situaciones desesperadas, autodestructivas, de un erotismo insensato, presagio del fin alucinante.
La diferencia entre Alicia y muchos otros adolescentes adictos a la drogas es que ella llevaba un diario...


A este libro le tenía ganas hace mucho, aunque realmente nunca puse empeño en tratar de leerlo. Ahora que por las vacaciones me ha dado tiempo, he decidido a ponerme a con él. Y no fue un mal inicio de año, después de todo.
No entraré en detalles críticos sobre la trama y esas cosas porque, vamos, es el diario personal de una chica de quince años, no una novela con expectativa de ser un best-seller. Pero debo añadir que he disfrutado mucho. 
En ningún momento la autora menciona su propio nombre, así que supongo que lo de "Alicia" es más bien una forma de aclararlo. Ella empieza quejándose de su vida, de que está gorda, de que su cutis y cabello son feos...Problemas de adolescentes, lo normal (me sentí identificada algunas veces, tengo que aceptarlo). Toda su historia toma curso cuando, por error y no por voluntad o debilidad como en muchos casos, se adentra al mundo de las drogas. Allí es donde marca el "inicio" de su vida interesante. Su explicación es tan vívida, que incluso piensas: "No es posible...Tendría que probarlo". Sin embargo, todos sabemos que la curiosidad mató al gato. 
Me gustó porque lo sentí real, obvio, aunque hubo algunas ocasiones en que estuve tentada a dejar el libro. Todavía no entiendo por qué. La protagonista pasa por tantas malas experiencias a tan corta edad, conoce a tanta gente que incluso la pasa peor. Te demuestra lo podrido de ese mundo envuelto de alucinógenos, lo carcomida que la sociedad ya estaba a esos tiempos (los 70's) y también te enseña a valorar lo que tienes alrededor: tu familia, los verdaderos amigos, la vida que llevas. Es un historia para reflexionar e ilustrarnos de una parte del mundo que algunos (me incluyo) no conocíamos. Corto, pero satisfactorio. 
"Me siento como Alicia en el País de las Maravillas. Quizá Lewis G. Carroll también se drogaba". 
"Tengo la impresión de estar perdiendo interés por todo. Tal vez se deba a que estoy creciendo, o que la vida se está volviendo más asquerosa".  


Mila. 


sábado, 2 de enero de 2016

Donde tú y yo pudimos haber sido felices.

En mi mente, tú todavía estás aquí.

Nuestras manos todavía están entrelazadas
y los latidos de tu corazón retumban por toda la habitación.
¿Qué era aquello que me susurraste mientras sonreías?
Ah, sí: "El amor es tan loco y complicado y apasionante como quienes lo viven".

Y tú y yo lo vivíamos.

Sentados al pie de la ventana mientras tocábamos el piano,
bailando con las luciérnagas a la medianoche, regando un camino de besos por las sábanas desgarradas.
No existía cosa alguna que mi alma solitaria no amara de ti.
Tu sola existencia, el sonido de tu respiración, la forma en cómo agradecías a todo el mundo.

Pero, lamentablemente, el mundo nunca te lo pagó igual.

Ya no habían sonrisas, ni bromas malentendidas.
Otra vez estaba sola, escondida bajo la cama, ocultándome del monstruo que yo misma había creado.
Se apagó la música, se apagó el latir.
Anhelaba, quería, exigía ir a donde estabas; a donde el maldito mundo te llevó, lejos de mí.

Locura, locura, locura, locura.
Amor.

Entonces volviste. Rompiste la puerta y susurraste, tan dulcemente: "Ven conmigo".
Y yo tomé tu mano. Cortaba.
"Te cuidaré".
Y yo te creí, mientras mi mano ardía en llamas. Pronto, de mi cuerpo empezaron a quedar solo cenizas.

Y tuve miedo.

"No te sueltes...¡No te sueltes! ¡No me dejes solo!".
Nunca.
El rojo de nuestra pasión me envolvió entera. Ya no pude gritar. Ya no era capaz de sentir dolor.
Por fin... Por fin, tú y yo, seremos felices.


 Mila.
(¡Feliz Navidad y Año Nuevo atrasados!).