And all I feel in my stomach is butterflies.

A veces siento que puedo llegar a gustarte, o al menos, caerte bien.
A veces pienso que, cuando volteas, a quien buscas es a mí.
Imagino que cuando apartas la vista, es porque nuestras miradas coinciden.

Al principio, no era nada, creí que solo era costumbre. Nadie de ese rincón del aula me hablaba, excepto tú. Hasta ahora sigo pensando en el motivo por el que lo hiciste. Tal vez por curiosidad, o porque las cosas tenían que ser así, el destino.
Poco a poco me daba cuenta de mis sentimientos. Cada vez que estabas cerca, el corazón se me aceleraba, me sentía en otro planeta y no podía articular palabra. Tenía ilusiones en la mente de solo pensarte. Ahí es cuando entendí todo, porque, cuando no puedes quitarte a alguien de la cabeza, te has enamorado ¿Eso es bueno o malo? ¿Debería alegrarme o asustarme?

Me encantaría poder plantarme frente a ti y decirte que te quiero.
Pero, con lo cobarde y tímida que soy, se me trabarían las palabras solo con decirte "Hola".
Me encantaría contarte que todas las noches antes de dormir pienso en ti, aunque no lo parezca. Que todas las canciones bonitas me recuerdan a ti. Y que tengo nuestras pocas conversaciones en el corazón, como si estuviesen grabadas en vídeo y las viviera una y otra vez.

Me encantaría ir corriendo hacia ti y darte un beso.

Y es entonces cuando pienso que podría equivocarme. Que tal vez  nuestros caminos estén separados cuando inicien las clases, y que tarde o temprano, te olvidaras de que alguna vez existí. Me aterra de solo pensarlo.
Conocerás a personas mucho más interesantes, divertidas y guapas que yo. Pero ellas no conseguirán quererte ni la mitad de lo que yo lo hago. Lo más triste de todo esto, es que quizás nunca te enteres de lo que siento. Por timidez. Por miedo al rechazo...

  

No sé cómo es que todo esto empezó.

No sé cómo hiciste para que, de un día a otro, me sintiera vacía sin tu compañía.
Pero ahora, todo lo que siento en mi estómago, son mariposas.